lunes, 25 de agosto de 2014

Las ideas y la religión


Un perro defiende su comida. Una abeja no defiende una flor, porque no la percibe como suya ni se percibe a ella misma como parte de la flor, una abeja defiende a la colmena. Algunos animales defienden su territorio, y otros defienden su posición privilegiada dentro de la manada, es decir, defensa del poder (caso frecuente en los humanos).

Los seres humanos defendemos distintas cosas, y muy probablemente la gran mayoría de nosotros está dispuesto a matar por defender su bien o posesión más valorada ya que esta conducta responde a un comportamiento presente en todos los animales y los humanos no somos la excepción. La gran mayoría de nosotros estamos dispuestos a matar por defender nuestra propia vida, un padre podría estar dispuesto a matar por defender la vida o la integridad de sus hijos, un soldado está dispuesto a matar por defender su patria, un revolucionario está dispuesto a matar por sus ideas, un empresario minero está dispuesto a matar a un presidente por la nacionalización de un mineral y defender sus intereses económicos, un joven que vive en la marginalidad está dispuesto a matar por defender su honra, porque tal vez sea lo único que tiene.

Dejando de lado el caso extremo de estar dispuesto a matar por defender, en general los humanos somos defensivos, como todos los animales, porque sentimos que las cosas y las ideas nos pertenecen pero como todo en la vida existen muchas razones para defender algo, razones que no son más que la simple racionalización de una conducta animal, pero por lo general existen escasos objetivos para defender algo.

Personalmente adhiero a la idea de que la realidad no es única y que ésta cambia de un observador a otro. Tiendo a pensar que la mayoría de la gente adhiere a la idea de que la realidad y la verdad son únicas, pensando que su verdad es "la verdad" pese a que se trate sólo de su interpretación. Esta creencia lleva a la gente a tomar posturas defensivas frente a las ideas, por lo que la gente, frente a una creencia distinta a la propia, escucha para responder y no para entender. Es inconcebible para la mayoría de las personas que dos o más verdades diferentes convivan en una misma dimensión, tanto así que la física cuántica aun busca comprobar la existencia de los universos paralelos fuera de este mundo.

Para entender mejor el concepto de que las ideas no tienen dueño podemos observar el caso de la religión,  y en su extremo más radical el caso de la Yihad. Los yihadistas creen defender su fe, su verdad,  pero en realidad se trata de un comportamiento bastante repetido en la historia humana, con lo que no queda duda que la creencia no le pertenece a la persona y está determinada mayormente por factores externos al individuo. En lo concreto la Yihad no se diferencia mucho de las cruzadas, salvo por una diferencia de aproximadamente 800 años,  la misma diferencia que existe entre el nacimiento de Jesús y de Mahoma. ¿Podemos seguir pensando que las ideas son de las personas?.

En el caso del individuo a determinadas edades se espera que hagan más o menos lo mismo. Aproximadamente al año de vida se espera que un niño aprenda a caminar, aprenderá a hablar, a controlar el esfínter,  etc. La sociedad, el conjunto de individuos, pasa por un proceso de crecimiento y desarrollo similar (ya queda clara la idea que la única diferencia entre el islam y el cristianismo es la edad). Más de alguna vez he leído que América Latina vive en la edad media aun, la edad media de la civilización, de la sociedad. La edad de un pueblo en nada está relacionada a la tecnología de la cual dispone,  por lo que probablemente aún nos falten unos cuantos siglos antes de alcanzar el desarrollo, antes de ser una sociedad o civilización adulta. En este contexto cierro esta idea con la creencia de que no debemos entendernos a nosotros mismos como individuos sino como parte de otro organismo más grande,  tan grande como el universo entero tal vez, idea que recojo de la observación de creencias cristianas, islámicas y budistas, creencias que forman parte de una verdad mayor que las contiene a todas, y que sin duda no tiene dueño. 


miércoles, 6 de agosto de 2014

Objetivos

"Pero nosotros, que comprendemos la vida, nos burlamos de los números"

Al conversar con distintas personas sobre lo que nos hace diferentes del resto de los animales muchos dicen que es nuestra capacidad de razonar, pero razonar viene de razón, de conocer el por qué de las cosas. Poner el foco en las razones nos estanca, ya que es poner el foco en las causas y no en los efectos, es una cuestión de lógica. Cuando basas tu vida en la razón puedes preguntar toda la vida "¿por qué?" y al final de todos los por qué hay una sola respuesta posible, porque si. Una respuesta que te lleva a seguir haciendo lo mismo. Por eso con el paso de los años solo mejoramos la tecnología para seguir haciendo lo mismo, no hay cambios importantes en la historia de la humanidad como lo fue el paso de nómadas a sedentarios, una visión desde esta misma perspectiva, cargada de humor, es la que nos presenta Robert Zemeckis en la saga Volver al Futuro, en que en distintos tiempos o epocas se repiten los personajes y las circunstancias, nada cambia entre el McFly de 1880 y el de 1980. Si ponemos el foco en los objetivos podemos preguntar "¿para qué?" tantas veces hasta que lleguemos a la única respuesta posible al final del camino, para nada. Eso significa que podemos hacer las cosas de una forma diferente. Por ejemplo la reforma educacional sigue teniendo como base la existencia del colegio, una institución que simplemente es un camino más para el aprendizaje, no el único. Lo bueno es que un "¿para qué?" puede tener una respuesta satisfactoria y última mucho antes del "para nada", y esa respuesta puede ser por ejemplo un "para ser féliz", preguntartelo hasta llegar a esa respuesta que no requiere de más preguntas. Desde mi perspectiva preguntarse "¿para qué?" (o poner el foco en los objetivos o efectos deseados) me parece mucho más interesante que preguntarse "¿por qué?" (foco en las causas), aunque ambas son siempre complementarias, y es la prumera pregunta la que ayuda a entender el mundo y a su vez cambiarlo. Isaac Newton dedicó años a entender y explicarnos por qué se cae una manzana, algo que ahora casi todo el mundo lo sabe aunque las manzanas siguen cayendo como lo han hecho siempre (de arriba hacia abajo), sin embargo en nuestra historia no se recuerda el nombre de quien observó y descubrió para qué cae la manzana, un descubrimiento fundamental en la historia de la humanidad que nos permitió pasar de ser cazadores recolectores a ser agricultores. Personalmente creo que la ciencia se basa en la razón y  en la premisa (falsa desde mi punto de vista) que las cosas siempre ocurren como han ocurrido en el pasado. Si lo llevamos al caso de las manzanas, la ley de gravedad parte de la premisa que las manzanas siempre caen y seguiran cayendo de arriba hacia abajo.

Los niños a diario repiten la misma pregunta de Newton, "¿por qué?", y nos desgastamos en explicaciones que terminan en un porque sí o porque no cuando agotan nuestra paciencia, pero si todos los niños hacen lo mismo y todos los adultos también es simplemente porque los seres humanos estamos condicionados para hacer esa misma pregunta una y otra vez, ¿por qué?, porque seguimos creyendo que somos seres "racionales" en lugar de pensar que somos seres conscientes, con lo que creemos ciegamente que tenemos razones importantes para hacer lo que hacemos, aunque en verdad esas razones sean las mismas de cualquier otro animal, y nos pasamos la vida sin entender que lo necesario para avanzar son objetivos. Como buenos animales que somos esa conducta condicionada puede modificarse y podemos condicionar una nueva, "¿para qué?", para entender que la tarea solo tiene importancia cuando tiene un objetivo conocido y último, un objetivo con el cual la busqueda finaliza. No es casulaidad que usemos la palabra "para" al referirnos a un objetivo y también la usemos para decirle a alguien que se detenga. Cuando pienso en esto me acuerdo de mi abuelo, un hombre que disfrutaba del pan tostado al desayuno. Cuando un día alguien le dijo que si le gustaba tanto comer pan tostado debería comprarse un tostador eléctrico su primera pregunta fue ¿para qué?, la repuesta inmediata fue para tostar pan a lo que mi abuelo respondió de la forma más certera que podría imaginar, nos dijo que a él le gustaba el pan tostado y que lo tostaba en un tostador sobre la cocina por lo tanto su problema ya estaba absolutamente resuelto y no necesitaba nada más que fuego, un tostador y pan, difrutaba de tostar el pan él mismo.

No se me ocurre cerrar esta entrada de ninguna forma mejor.....

- Lo bueno de la caja que me has dado es que por la noche le servirá de casa.
- Sin duda, y si eres bueno te daré también una cuerda y una estaca para atarlo.
- ¿Atarlo? ¡Qué idea más rara!
- Si no lo atas se irá a cualquier parte y se perderá

Mi amigo soltó una nueva carcajada
 - ¿Y dónde quieres que vaya?
- No se, a cualquier parte. Derecho camino adelante
Entonces el principito señaló con gravedad
- ¡No importa, es tan pequeña mi tierra!
Y agregó, quizás, con un poco de melancolía
- Derecho, camino adelante... No se puede ir muy lejos.